Luego de revisadas las barreras estructurales al emprendimiento innovativo en la infraestructura veremos que como toda crisis, la reactivación post pandemia abre oportunidades de innovar y emprender con y en torno a la infraestructura pública, aunque no es trivial identificarlas.
Hablamos de emprendimiento innovativo, algo muy lejos de representar alguna marca internacional de aditivos para mezcla asfáltica. Se trata de poner en marcha una propuesta de valor nueva, al menos en la industria local, habilitada generalmente por una nueva tecnología y redibujando la cadena de valor con empresas y actores nuevos, ajenos a los registros de contratista y consultoras del MOP. Startups basados en inteligencia artificial, fintechs, electro movilidad, energías renovables, drones, visión artificial, nuevos materiales y otras califican en este paradigma.
La primera línea de oportunidades, léase como imperativo de hacer las cosas diferente, viene de las tendencias de largo plazo que se hacen evidentes. Placas tectónicas que se mueven lentamente reconfigurando la realidad. Algunas de ellas son evidentes y hacen inevitable buscar nuevas aproximaciones para la infraestructura. El Cambio Climático (CC) es el gran convidado de piedra en este escenario. Se puede discutir su magnitud pero a esta altura todos conocen su dirección y sentido. Menos agua. mayor frecuencia de episodios extremos, ciudadanía y comunidad internacional exigiendo reducir las huellas hídrica y de Carbono en toda actividad; El empoderamiento y volatilidad social es también un actor infaltable en el nuevo teatro de la realidad. Nuevamente, entre expertos y en la calle se puede debatir sus causas e intensidad, pero nadie discute que la sostenibilidad de la infraestructura mejora cuando la ciudadanía la percibe como útil para sus intereses, se apropia de ella y enriquece su espacio social con los servicios que le presta; Hay otras más evidentes como la globalización y sus parientes: el riesgo sanitario - evidente hoy con el COVID 19 -, pero también están el flujo de capitales, la interdependencia de las cadenas productivas, la inmigración, y organizaciones con objetivos y presencia global. Hay otras menos evidentes, como el crecimiento y envejecimiento de la población y la extensión de condiciones de riesgo asociadas al estilo de vida como la obesidad, diabetes, etc.
La segunda línea viene de la mano de la disrupción tecnológica. Plataformas de transformación que irrumpen en la sociedad y hacen evidente la obsolescencia de las prácticas tradicionales. Las tecnologías de información son el ejemplo habitual, pero debemos ir más al detalle. Redes Sociales, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas van de la mano, abriendo nuevas posibilidades de interacción de las personas y la infraestructura. Conceptos acuñados décadas atrás y que sonaban a modernidad como Sistemas de Transporte Inteligente (ITS) quedan obsoletos al estar pensados de manera centralizada cuando ahora la inteligencia se encuentra distribuida en cada persona u objeto. Esto no hay que imaginar demasiado ni moverse del asiento para entenderlo. Las aplicaciones de transporte de pasajeros están a ala vista. Si no lo cree imagine un fallo en WAZE o GOOGEL MAPS que sugiera en un momento a todos los vehículos tomar la misma calle. No habría ITS que salve a la ciudad! pero como diría Galileo, "sin embargo se mueve", es decir, la ciudad fluye y fluye mejor gracias a estos servicios.
Cada día aparecen nuevas ofertas de valor que irrumpen en los segmentos del mercado, no sólo en el transporte privado de pasajeros. Imaginen si cada músico de la orquesta conoce partituras que el director no, y las comparte con otros músicos, y que con eso la orquesta puede sonar muy bien, o muy mal. Lo que no queda muy claro el rol del director, la persona con la batuta que intenta dirigir. Debe asumir un rol activo, entregar criterios, asegurar que los instrumentos estén afinados y, dialogar en forma directa con cada músico...el resultado puede ser parecido al jazz. La infraestructura se construye asumiendo que el usuario la ocupará como suponen ingenieros y arquitectos, pero aquello no tiene por qué ser "razonable" para los usuarios finales, ni para quienes proveen servicios a aquellos a través de la infraestructura. Lo razonable también cambia con el tiempo. (luego volveré a este punto en la búsqueda de oportunidades para los emprendedores). No es una sola, otras plataformas tecnológicas como nuevos materiales, manufactura avanzada, y otras KET (Key Enabling Technologies) concentran la inversión y están configurando nuevas actividades e industrias. Electromovilidad y vehículos autónomos, Interacción Energías Renovables No Convencionales (ERNC) y producción de Hidrógeno Verde, por contar algunos que transformarán en algún grado la realidad.
Tanto la primera como la segunda línea nos entregan respuestas al ¿por qué? y ¿para qué? tratado en el post anterior. ¿por qué? : porque debemos controlar los riegos asociados a frecuentes episodios climáticos de alta intensidad; porque debemos ofrecer una propuesta de valor nítida para quienes con-viven diariamente con la infraestructura que les haga cuidarla y no destruirla; ponga cualquiera de las tendencias tectónicas y tendrá una mejor chance de ser escuchado en cada estación de la escalada a la cima - nótese que sigue siendo escalada y no sprint como introduce la portada del post -. Difícil resistirse a esos por qué que ya forman parte de la realidad intersubjetiva (nadie está dispuesto a discutirlo ya). Lo mejor de todo, que no es difícil asociarla a miedos atávicos de la humanidad.
La segunda línea de tendencias es menos evidente pero también efectiva. Ahí respondemos la segunda cuestión. ¿para qué?. Un ejemplo, si el por qué era la existencia de algún problema derivado del envejecimiento de la población, el para qué puede ser alumbrado desde las plataformas tecnológicas, por ejemplo, qué tal si la parada de auto bus te reconoce (IoT) y le indica al conductor que debes bajar (Redes Sociales), en fin, las tendencias abren el espacio de posibilidades para quienes toman decisiones y las hacen factibles porque en otra parte ya ocurrió la transformación radical. Nunca se dude del poder de la imitación...a cuántos nos han hecho la pregunta genial de "y dónde se ha hecho antes" cuando partimos diciendo que se trata de algo nuevo. Bueno, ligar la respuesta a una gran plataforma abre el pull de opciones pues sin duda ya se han hecho cosas parecidas en alguna parte del mundo...y sólo debemos encontrarlas en el buscador o preguntando a nuestra red.
Leonardo Mena C.
Ing. Civil Electricista U. de Chile
MAE Ilades-Georgetown University
Emprendedor y gestor tecnológico
Asesor en Modelos de Gestión e Innovación en Infraestructura
Fundador de CL URBAN LAB
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